miércoles, 12 de agosto de 2015

Mi nombre es Bond, James Bond

007 REPORTING FOR DUTY

Bienvenido  a este espacio que lejos de pretensiones absurdas simplemente intenta ser un canal de comunicación para expresar mi muy particular punto de vista acerca de algunas obras cinematográficas y sus géneros de una manera diferente. 

Cada entrada contendrá una breve opinión del filme en cuestión. Eventualmente intentaré subir esta opinión por medio de un vídeo, pero mientras mis recursos técnicos lo permiten les ofrezco una lectura sincera y espero yo ... entretenida


Así que sin más, les agradezco su visita y disfruten el blog...


ESTA SEMANA:







No importa el rostro, no importa la misión ni el país a donde haya que viajar, ni siquiera importa la época. Existe algo en el icónico agente al servicio secreto de su majestad que en verdad cautiva mi mente, y lo convierte en parte integral de mi psique, mi "yo ideal" como se maneja en el psicoanálisis. ¿Quien o que es en verdad James Bond? ¿Un producto de mercadeo? ¿Un personaje extraído de la mente de un novelista enajenado con la idea, un tanto romántica, del espionaje internacional envuelto en medio de complots, muerte, mujeres hermosas y martinis? ¿o es acaso una representación visual y mental de nuestros más íntimos pensamientos? y es que seamos sinceros ¿quien no quisiera ser Bond? aun conociendo el riesgo de que mañana puede ser otro día para morir y visto desde el otro lado de la cama ¿a que mujer no le gustaría tener un encuentro casual con él? aun a sabiendas de que solo será utilizada y despojada de cierta dignidad a la mañana siguiente.

Bond para mi y contrario a muchos fanáticos de la serie no es sólo Connery o Moore o Craig; no sólo es el agente irónico e insensible de los 60´s y 70´s que calentó la guerra fría, ni tampoco el ser humano con un pasado traumático del 2012 que enfrenta redes de terrorismo global en una época post-tecnológica. Bond no es un martini agitado, ni un vesper, ni una Heineken o una botella helada de Dom Pérignon; no es un Aston Martin o un BMW, un Omega, una partida de Bacará o de Texas Hold´em. 007 es mucho más que gadgets de última tecnología o un lanzacohetes en los faros de su auto. Carajo, incluso es más que una película, increíble pero cierto, el personaje supera la pantalla. Reto a cualquiera que haya disfrutado Casino Royale a que me diga mentiroso por asegurar que en algun momento jugando cartas con sus amigos no se han sentido un agente secreto a punto de ganar un pot de millones de dólares.

Bond es la representación de todos, todos, los deliciosos vicios que el hombre en su condición de macho puede, aunque no siempre debe, disfrutar. Es un retrato de como debe comportarse, vestirse, pensar y hablar  un caballero en cualquier situación, sea matar al enemigo o enamorar a una mujer. Bond reta a sus adversarios en más de un sentido, su lengua suele ser más letal que su arma. Podrán tacharlo de misógino, pero la realidad es que sabe como tratar a una dama y hacerla sentir especial; la diferencia con cualquier enamorado convencional es que James no involucra sus sentimientos pues estos nublan el buen juicio. Como cualquier hombre a sufrido las crudas heridas del amor pero se ha levantado con orgullo y dignidad.

Sofisticado, inteligente, astuto suele ser impecable en su atuendo, piensa un segundo antes que su interlocutor lo que debe responder por ello nunca será sorprendido guardando silencio. Sacástico, irónico, enigmático, incorruptible y por alguna causa totalmente contraria incluso a su propia naturaleza, fiel hasta la muerte a su amada Inglaterra. ¡Vamos, no hay que ser un fan de Bond, ni declararse imperialista o ultraconservador para aceptar el hecho de que a cualquiera de nosotros le gustaría tener sus cualidades!

Bond es un estilo de vida y como todo estilo de vida tiene ventajas y desventajas, lo mejor de todo es que como espectadores de las misiones del agente doble 0 tenemos la oportunidad de copiar lo bueno y glamoroso de su vida  y no correr los riesgos inherentes a su actividad profesional.

Al final todo se traduce a una sola frase, el simplemente es Bond, James Bond. Y yo, bueno, solo deseo entenderlo un poco para justificar que un simple personaje de Ian Fleming sea tan importante como para darse la molestia de escribir acerca de él.


You know my name ...

No hay comentarios.:

Publicar un comentario